domingo, 7 de abril de 2013

Juliette del Marqués de Sade

Juliette del Marqués de Sade



Libro: Juliette o las prosperidades del vicio, también es llamado Juliette o el vicio ampliamente recompensado
Título original: Histoire de Juliette, ou les Prospérités du vice
Autor: Donatien Alphonse François de Sade mejor conocido como el Marqués de Sade
Año: 1796 
Género: Novela erótica. Filosofía.






 Escrito por NEKRomantika
 

Reseña:
¿Quién no conoce al Marqués de Sade? o por lo menos ¿quién no ha escuchado hablar de él? Este escritor ha sido nombre de muchos rumores y de muchos conceptos. Gracias a su nombre hoy en día se usa un termino muy marginado "el sadismo". Se dice mucho acerca de su vida pero realmente no se sabe mucho ¿realmente era un perverso o era simplemente un neurótico que fantaseaba perversamente? No lo sabemos, pero al final de cuentas, el mensaje que quería transmitir Sade era claro: los vicios son el camino y principalmente logro transmitirlo con esta novela. Juliette es una chica que queda huérfana, junto con su hermana Justine. Este libro fue predecesor del famoso planteamiento expuesto en la historia de su hermana. Juliette al contrario de su hermana, opta por el camino de los vicios y el libertinaje; cosa que le deja muchas recompensas no como a Justine.
El Marqués logra nuevamente hacer una novela donde critica los temas que le aquejan: la moral, la religión, las virtudes y el amor. Una total exposición a las instituciones como lo son los conventos y las iglesias, verdaderas casas de orgias y sadismo. Es muy importante dilucidar el trabajo que realiza el Marqués al exponer el verdadero contexto de lugares como lo son los burdeles y la manera que se llevaba la prostitución y sobre todo la sexualidad de Francia en esa época. Pero no hay que infravalorar al Marqués puesto que no sólo escribe de sexo, hace una presentación exquisita acerca de cuestiones filosóficas inherentes a la humanidad. 


“¿Por qué esas iglesias –pregunto hablando retóricamente-,esos tribunales, esas cortes políticas, y todas las demás instituciones hipócritas que pretenden gobernar nuestras vidas han de insistir, generalmente bajo ameneza de horribles castigos, en que creamos que existe un dios supremo? ¡Un padre completamente bondadoso! ¡Un más allá! ¿Por qué? ¿Por qué necesita el universo de alguien que lo cuide? Tiene leyes eternas, inherentes a su naturaleza; no necesita promotor original. El movimiento continuo de la materia lo explica todo; materia sin personalidad, sin amor ni odios, sin hambre ni sed; materia sin recompensas ni castigos; una materia si mandamientos de piedra ni leyes de pergamino; una materia sagradamente impersonal, de una indiferencia divina, que fluye continuamente.” (Marqués de Sade, Julieta o el vicio ampliamente recompensado. Página 31)



 Marqués escribió esta obra después de haber sido encarcelado en la Bastilla, en la época donde no tenía ni para comer tenía que andar mendigando en las calles, así mismo escribió una carta a una influencia política en tono de suplica ayuda económica. 

Sea como sea, la manera que logra redactar los acontecimientos que se podrían considerar grotescos se convierten en eróticos y hasta persuasivos. Aunque el Marqués haya sido un perverso o no, él no sólo se dedica a exponer la verdadera vida de las personas “más célibes” o de las personas más viciosas, él logra convencer hasta el más escéptico de que los placeres y los crímenes son el camino correcto. El Marqués es creador de una religión, de un movimiento que tiene como consigna: “el placer ante todo”. Un creador de una forma de vida sin riesgos, sin prejuicios, ni mandatos.

“Que esto -y se llevó la mano a la entrepierna- sea tu única religión; sigue sus mandatos y nunca te equivocarás.”  (Marqués de Sade, Julieta o el vicio ampliamente recompensado. Página 29)

Es un exponente donde los cuerpos parecen ser una pila de libros, poros acostados unos sobre otros. Formas estáticas, tersas, duras o escuálidas de sangre circulante. Caminos largos de erotismo, filas indias de perversiones. Instintos animales que no nos podemos arrancar y parecen ser el camino que nos domina a lo llamado “humano”.

Aquí puedes ver mi otra reseña acerca del Bebé del Psicoanalista de Gutton y El horla de Guy de Maupassant


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