miércoles, 8 de mayo de 2013

Las venas abiertas de América Latina - Eduardo Galeano



“... Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez...”
(Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de julio de 1809).

Por: Pink Binary (70 69 6e 6b 20 62 69 6e 61 72 79 0d 0a)

 Titulo: Las venas abiertas de América Latina

Autor: Eduardo Galeano

Tema(s): ensayo

Idioma: español

Artista de la cubierta: José Guadalupe Posada

Editorial: Catálogos

País: Uruguay

Fecha de publicación: 1971

Páginas: 379




 
Todos los días se escuchan en los medios la palabra imperialismo, (en los medios de información públicos no tanto),  pero en internet y sobre todo en los portales de noticias independientes, esa palabra es bastante común en sus redacciones, una palabra a la que no se le pone atención  pero es un fenómeno que no nos debería ser indiferente ya que en la actualidad el imperialismo sigue dominando nuestras vidas, en diferentes tonos, matices o formas, que en esencia es lo mismo el control que una nación poderosa ejerce sobre una más débil. 

-La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones. Este ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrota a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como  fuente de reservas del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores; y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la Alianza para el progreso, “hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización...

El imperialismo es la doctrina política que justifica la dominación de un pueblo o Estado sobre otros; habitualmente mediante distintos tipos de colonización (de poblamiento, de explotación económica, de presencia militar estratégica) o por la subordinación cultural (aculturación).

Nuestros sistemas de inquisidores y verdugos no sólo funcionan para el mercado externo dominante; proporcionan también caudalosos manantiales de ganancias que fluyen de los empréstitos y las inversiones extranjeras en los mercados internos dominados. “Se ha oído hablar de concesiones hechas por América latina al capital extranjero, pero no de las concesiones hechas por los Estados Unidos al capital de otros países ... es que nosotros no damos concesiones”, advertía, allá por 1913, el presidente norteamericano Woodrow Wilson.

En 1492 Cristóbal Colon, con un grupo de expedicionarios, arribo a la isla de Guanahani, representando a los reyes católicos de España. Cristóbal Colón creía que había llegado al continente asiático, denominado por los europeos Indias y murió sin saber que había llegado a un continente desconocido por los europeos.

Ese fue el principio de la brutal explotación de América latina que hasta el día de hoy sigue causando estragos, el poseer muchas colonias era para las potencias de esa época símbolo de poder y bonanza, en el imperialismo ejercido por los países europeos durante los siglos XV y XVI, se debe hacer notar la lucha que sostuvieron las potencias imperialistas por el dominio de los territorios conquistados, cuya población estaba formada por personas de culturas muy diferentes y en gran desventaja frente a los conquistadores.

A inicios del Siglo XIX ya circulaban por toda América aires y movimientos liberales e independentistas, inspirados por las exitosas revoluciones francesa y estadounidense, así como por el creciente descontento de los habitantes de las colonias por el trato y explotación recibidos por las potencias colonizadoras.

Luego de una serie de sangrientas batallas, luchas internas y maniobras políticas en los que Haití quedaba en el medio de los intereses de las confrontadas potencias inglesas y francesas, Toussaint Louverture consolidó su liderazgo sobre colonia francesa en la parte occidental de la isla Hispaniola a finales del siglo XVII e inició el siglo XIX invadiendo y ocupando la colonia española en la parte oriental de la isla en enero del 1801 y renegando del dominio francés. Napoleón Bonaparte no toleraría tal afrenta y enviaría a su cuñado Leclerc, al frente de una poderosa escuadra de más de 80 embarcaciones y unos 58,000 soldados para someter a la colonia nuevamente al dominio francés. Toussaint es derrotado y muere un par de años más tarde en Francia. Pero la semilla de la independencia estaba sembrada firme en el corazón de la antigua colonia de esclavos y tras una nueva lucha sangrienta, declaran su independencia en 1804 como República de Haití.

Eduardo Germán María Hughes Galeano (Montevideo, 3 de septiembre de 1940), conocido como Eduardo Galeano, es un periodista y escritor uruguayo, ganador del premio Stig Dagerman. Está considerado como uno de los más destacados escritores de la literatura latinoamericana.

Sus libros más conocidos, Memoria del fuego (1986) y Las venas abiertas de América Latina (1971), han sido traducidos a veinte idiomas. Sus trabajos trascienden géneros ortodoxos, combinando documental, ficción, periodismo, análisis político e historia.

Las venas abiertas de América Latina, es un ensayo de Eduardo Galeano, el autor nos da un extenso repaso por la historia de América Latina, desde la colonización europea hasta la América contemporánea, nos da un recorrido a través de crónicas y narraciones del saqueo y explotación por parte de los imperios coloniales entre los siglos XVI y XIX, y los Estados imperialistas, el Reino Unido y los Estados Unidos principalmente, desde el siglo XIX en adelante.

Eduardo Galeano se ha caracterizado por ser uno de los iconos de la izquierda internacional más sobresalientes, pues su lucha social la ha llevado a cabo desde que era muy pequeño: él nace en Montevideo, Uruguay, en 1940. Sus primeras incursiones en el periodismo las realiza cuando tiene él apenas trece años de edad, en un periódico socialista llamado El Sol donde solía publicar caricaturas.

No obstante, éste fue sólo el comienzo, pues de “1961-64, fue director de la publicación diaria Época, y fue jefe de redacción del semanario Marcha”. Para 1973 tiene que exiliarse de su país, ya que fue objeto de represión debido a su trabajo periodístico, el cual estaba cargado de tintes socialistas. Esta situación lo conduce a Argentina donde no se tardó mucho en catalogarlo como persona no grata debido a que en este país fundó y dirigió una revista a la que llamó Crisis.

Pasó un tiempo bastante considerable en España (1976-1986) hasta que pudo regresar a Uruguay cuando se instaló en esta nación un régimen democrático en las manos de Sanguinetti.

La literatura de Galeano contiene fuertes dosis de política y economía; sin embargo, lo que la hace tan especial y quizá polémica sea el hecho de que este escritor narra, relata o hace crónica de las vivencias de las clases sociales menesterosas

En Las Venas, el pasado aparece siempre convocado por el presente, como memoria viva del tiempo nuestro. Este libro es una búsqueda de claves de la historia pasada que contribuyen a explicar el tiempo presente, que también hace historia, a partir de la base de que la primera condición para cambiar la realidad consiste en conocerla.

La obra del escritor uruguayo también ha cosechado varias influencias en lo musical.

Esta Obra literaria se convirtió en una obra arquitectónica cuando Oscar Niemeyer inauguró, el 18 de marzo de 1989, el complejo cultural desarrollado por el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro, el Memorial de América Latina, con el objetivo de ofrecer exposiciones alusivas a la cultura latinoamericana. La escultura de “la mano” ubicada en el Memorial de América Latina, es una mano izquierda gigante que en su palma deja ver el mapa ensangrentado de América Latina, como emblema de la historia de este continente brutalmente colonizado, que aún sigue luchando por la identidad y la autonomía cultural, política, social y económica de sus pueblos.

En 1992, el músico argentino de folk-rock León Gieco menciona a Galeano en su popular canción «Los Salieris de Charly», de su disco Mensajes del alma, y en el video de la canción, dirigido por José Luis Massa, aparece la portada del libro cuando se menciona al escritor.

En 1994, la banda mexicana Tijuana No! incluye el título del libro en una estrofa de su canción "La esquina del mundo".
 
En 1995, el libro inspira a la agrupación argentina Los Fabulosos Cadillacs, a grabar para su álbum Rey Azúcar, la canción del mismo nombre del libro: Las venas abiertas de América Latina con una letra basada en el mensaje cultural e ideológico de la obra, y en cuyo video dirigido por Pablo Vanasco también aparece un pensamiento de Galeano.

También se hace referencia en canciones como "Sudamérica II, "El Fracaso Regional" interpretada por la banda argentina Shaila.

En 1996, Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa publicaron el ensayo Manual del perfecto idiota latinoamericano - prologado por el premio Nobel Mario Vargas Llosa - que dedicaron al libro de Galeano como su antítesis y una respuesta a sus supuestos errores.

En la V Cumbre de las Américas, Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, le regaló un ejemplar del mismo al Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, convirtiéndolo de la noche a la mañana en uno de los primeros en la lista de ventas en el sitio web Amazon.com

Un libro bastante elogiado y criticado ya sea por su exageraciones o desprestigiado por la elite, pero que de cierta manera vale la pena leer ya que los que viven en América Latina, son los únicos que saben totalmente la falsedad o realidad de este texto.






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